Déjame Una Señal Amada Mía,
Que Despierte mi Ánimo Cansado.
Que Disipe este Sueño Envenenado,
Que es Lid, Sin Esperanza, Día a Día...
Si ha de Estallar el Mundo en Vesanía
y Arder en una Pira, lo Acabado,
Que Junto a Tí, Perezca, Así Abrazado,
Tras la Lucha Final, que Libraría...
Dame, Repito, Amada, Una Señal,
Que Mi Sangre Enardezca Una Vez Más,
Pues Se Acerca el Final y lo Presiento.
Démonos Pues Abrazo, Sin Lamento
y Avancemos Unidos, Sin Mirar Atrás.
¿Sonríes?¡Gracias!¡Crucemos Ya el Portal!
Hermoso y desgarrador soneto, amigo Old, en esta ocasión sin estrambote: Sonrisa aquiescente de la amada, compañera en el tiempo y en la carne mortal que el portal cruza con su amado, en el tiempo ya pasado y compartido; sentimiento renovado y confirmado a través de la sonrisa, milagro de la unión sentimental y física.
ResponderEliminarUn saludazo con el consabido ¡¡RIAU RIAU!!
Gracias por Venir a Vuestra Casa Querido Amigo Jano.
EliminarY También por el Placer que Supone Leeros.
Hay POcas Personas que Capten la Profundidad de lo que Leen y Mucho menos, Si es POesía.
Es un Verdadero Privilegio Encontrar Gente Como Vuesa Merced.
Un Cordialísimo Saludo
Un Brindis por la Poesía-
y
¡¡RIAU RIAU!!