Mientras escribo, Amor, este soneto,
fuera, la lluvia, humedece el ambiente
dos gorriones, pían, lenta y dulcemente,
combinando sus trinos en un dueto.
Con velo, frío, gris y gesto inquieto,
la Primavera, avanza lentamente
y el tiempo, cambia y gira locamente,
mostrando Sol y nubes, siempre en reto.
Y todo reverdece y se renueva,
como aquellas gloriosas alegrías,
que hoy, del ayer lloramos por perdidas
y las miradas, de nuevo encendidas,
se cruzan y tus penas y las mías,
arden al Sol, la lluvia se las lleva...
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